martes, 1 de julio de 2014

Más de 18 años y seguir viviendo con los padres



Soy joven: vivo con mamá y papá ('X' somos chav@s)

En las décadas de los años 60 y 70 era normal que los jóvenes abandonaran la casa de sus padres lo más pronto posible. Hoy, sin embargo, preferimos seguir viviendo en el nido familiar.

     Y es que resulta más cómodo, barato o gratuito. Aparte, la necesidad de tener una mejor y más amplia formación profesional, que nos garantice una futura estabilidad económica ante las fuertes exigencias de la vida actual,  nos mantiene en calidad de ‘estudiante’, que a su vez nos da el privilegio de depender (en muchos aspectos) de nuestros padres, incluso podemos darnos el lujo de experimentar muchas cosas y equivocarnos, porque de eso se trata ser estudiante, de aprender.

     Soy mayor de edad y aun vivo en casa de mis padres, lo peor del caso es que vivo de ellos. Aún no he pensado en salirme del núcleo familiar porque me siento enormemente bien ahí. A diferencia de los jóvenes de la década de los 70, que pusieron en tela de juicio los lazos familiares tradicionales (rebelándose ante la existencia de los rígidos papeles autoritarios de los padres) y las concepciones morales, buscaban independizarse y se apoyaban de formas alternativas de convivencia como las viviendas compartidas; yo llevo una relación de amistad con mis padres, ellos me brindan la estabilidad que necesito, sin su ayuda yo estaría en situación marginal, porque mi situación económica es débil.

     Son numerosas las ventajas de vivir en casa de mamá y papá. Al llegar de la escuela o del trabajo, tengo comida preparada. Mis amigos son bien recibidos en mi hogar. Tengo la posibilidad de realizar actividades onerosas como ir a un concierto, salir de viaje con mis amigos, comprarme ropa de buena calidad, etc.

     Mis padres me ayudan en todo. Sé que algún día tendré que emanciparme pero los echare mucho de menos.

 La mera verdad es que las casas están re caras :/

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