¿Programas de apoyo alimentario?
Los grupos beneficiados por el Programa de Apoyo
Alimentario (PAL), dependiente de la Sedesol y vigente desde el gobierno de
Felipe Calderón, presentan altos niveles de obesidad a causa del consumo de
alimentos elevados en calorías.
El programa PAL entrega un apoyo económico de 430
pesos mensuales por familia, más 110 pesos por cada niño de cero a nueve años;
así como complementos nutricionales y leche fortificada a los menores de cinco
años.
El hecho de dar apoyo alimentario a la población más
pobre no solo implica el dar la ayuda a la gente más necesitada, sino también que
los beneficiados reciban una orientación
adecuada para la compra de productos. Aparentemente, la población de bajos recursos
que recibe el apoyo carece de la educación suficiente para saber qué consumir.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (Coneval), en la evaluación de desempeño 2012-2013, señala la
importancia de evaluar efectos futuros en sobrepeso y obesidad.
Se evitaría el detrimento de la salud si se le
enseñara a la gente beneficiada a balancear sus alimentos y a descartar el
consumo de productos como el refresco y productos chatarra.
La tarjeta “SinHambre” garantiza la compra de 13
productos de la canasta básica en la tiendas Diconsa. Quizá aporten productos
con un mejor contenido alimenticio que los que adquieren con el apoyo monetario.
El dinero se da a comunidades donde la oferta de
productos chatarra es más amplia que los alimentos de mayor calidad, en este
contexto no se supervisa lo que se da en la transferencia monetaria, porque si
la supervisión existiera sería mucho más costoso, dijo Gustavo López, académico del
Tecnológico de Monterrey.
Existen demasiados programas enfocados al tema de
alimentación, las comunidades con hambre ahora son comunidades obesas, regular
estos programas evitará que este número siga en incremento. Al menos eso, es lo
que se espera.
Fuente: León, Marina, “Generan obesidad apoyos
alimentarios: Coneval”, El Universal,
sección Primera, jueves 17 de octubre de 2013, p. 3.
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