Estas son las cosas que NO debes hacer…
La comida chatarra, aunque es muy apetecible, y nos facilita la vida a la hora de cocinar, en realidad no nos hace ningún bien, por lo que debes evitar convertirla en el primer lugar de tu consumo.
Los dulces, las papitas (esas de las que no puedes comer sólo una), los chocolates, ¡mmm!, los chocolates (sí, duplique la frase a propósito para darle énfasis, ¡je, je!), y en general los alimentos ricos en azucares ingiérelos con suma moderación, y de preferencia evítalos. Además de que favorecen la aparición de caries (y a nadie le gustaría tener los dientes picados), son aliados de la obesidad ya que aumenta el valor calórico de la dieta (entiéndase por dieta todo aquello que forma parte de lo que se ingiere en un día).
El reparto energético suele ser erróneo, para que eso no te pase a ti te lo explicaré con una frase fácil de recordar, dice: Desayuna como rey (es la comida más importante del día, de ella dependerá el rendimiento que tengas en tus actividades cotidianas, pero no te confundas, no significa que te hartes de comida, recuerda comer sólo lo suficiente), come como príncipe (o sea ya no comas tanto como en el desayuno, “bájale dos rayitas”), y cena como mendigo (creo que esta no necesita explicación).
La gula, además de ser un pecado capital, es el peor enemigo de la buena alimentación. ¡No piques entre comidas!, por lo general, cuando comentemos este error, lo que le metemos a la tripa, es tristemente comida chatarra, como pastelitos y toda clase de comida con grasas saturadas (esas son las que te tapan las arterias, causándote colesterol alto, y que puede desembocar en un ataque al corazón), estos alimentos están de más, ¡evítalos!
No olvides que lo que lees aquí son sólo tips, lo recomendable es que acudas con tú médico quien podrá darte la asesoría y/o atención que necesites.
El equilibrio es sumamente importante, no sólo en la alimentación, en realidad aplica para TODO en nuestras vidas; ya conoces la trillada frase: “Nada en exceso, todo con medida”; así es que tampoco te obsesiones tanto con los alimentos y/o tu figura corporal, porque eso te podría traer otro tipo de complicaciones. Sólo hazme un favor: ¡cuídate!
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