viernes, 28 de febrero de 2014

Tips para una buena alimentación 2ª parte

Estas son las cosas que SÍ debes hacer…

Incluir alimentos de los tres grupos:

Cereales y tubérculos. Son alimentos con gran contenido energético y nutricional, ricos en proteínas. Son la fuente principal de energía de nuestro organismo. Entre ellos se encuentran el amaranto, el arroz, la avena, el trigo, el maíz (cereales); la papa, la zanahoria, la cebolla (tubérculos).







Alimentos de origen animal y leguminosas. Nos brindan proteínas para poder crecer y reparar los tejidos del cuerpo. Como ejemplo están los huevos, el queso, la leche, el pescado y la carne (de origen animal);  los frijoles, los chicharos, las lentejas y los cacahuates (legumbres).

 





















Frutas y verduras. Que  contienen vitaminas y minerales para conservar  la salud y que el cuerpo funcione adecuadamente. Entre las que se encuentran sandía, plátano, papaya, naranja (frutas),  el jitomate, la lechuga, el pepino y la calabacita (Verduras).








Beber agua:

Es un elemento importante en nuestra dieta para ayudar a que todos los procesos del cuerpo se realicen en la forma correcta y porque ella forma parte de nuestro cuerpo en forma importante. Lo recomendado es beber 2 litros al día.








Tener una dieta higiénica:

Para prevenir enfermedades infecciosas, hay que cuidar la calidad, frescura y forma de preparación de los alimentos. Lávate las manos antes de prepararlos y comerlos, es un hábito que debe fomentarse desde que somos niñ@s.








La cantidad debe ser suficiente:

Procura cubrir las necesidades de nutrimentos más que comer mucho. Recuerda que cada persona tiene una capacidad diferente para comer, por lo que no debe imponerse la misma cantidad a todos.







Come de forma variada:

Trata de comer de todo, y si hay algo que no te guste, es importante que busques un alimento que sustituya el aporte de nutrimentos que contiene.







¡No olvides hacer ejercicio! No seas sedentari@, ¡activate!







El Plato Del Bien Comer



Tips para una buena alimentación 1ª parte

Por la extensión de este tema, te lo voy a presentar en tres partes, siguelas todas o te quedarás a medias.


La alimentación: aciertos y errores


Tener una dieta desequilibrada, ya sea consumir pocos o demasiados alimentos, tiene consecuencias que pueden ser muy peligrosas.





Cuando comes de menos…

La insuficiencia de nutrimentos en nuestro organismo, es conocida como DESNUTRICIÓN. En algunos casos, la desnutrición es muy ligera y no causa ningún síntoma. Sin embargo, algunas veces puede ser tan severa que el daño hecho al cuerpo es irreversible. Las complicaciones van desde una simple fatiga, la presencia de mareos y la pérdida de peso; hasta la discapacidad mental y física, enfermedad, o peor aún, la muerte.







Cuando comes más…

El consumo excesivo de grasas, azúcares y carbohidratos pueden ocasionar un grave padecimiento conocido como OBESIDAD. Cuyas consecuencias a corto plazo, aparentemente no ocasionan problemas graves. Los cuales son: tener dificultad para respirar, cansancio o fatiga, dolor en las articulaciones, reflujo y/o acidez, hinchazón, dolor y calambres en las piernas. Sin embargo, las personas que la padecen pueden tener horribles complicaciones, con las que pueden desarrollar enfermedades alternas como la hipertensión arterial (presión arterial alta), la diabetes mellitus (variación con los niveles de azúcar), enfermedades del corazón, y en ocasiones cáncer, cuyo panorama no es muy alentador, ya que apunta hacia un desenlace fatal. Esta enfermedad está relacionada con factores biológicos, sociales, culturales y psicológico, .por lo que su tratamiento debe ser multidisciplinario.








Para que lleves una vida sana y evites caer en las garras de estás feas enfermedades, debes tomar en cuenta que tu alimentación debe ser balanceada. Tener en los tres alimentos principales del día (desayuno, comida y cena), una alimentación completa.


Desnutrición y obesidad: catástrofe alimentaria en México






viernes, 21 de febrero de 2014

Y tú, ¿cómo, cuándo y dónde comes?

Hábitos alimenticios


La cultura y la familia, influyen de modo significativo en los hábitos que tengamos a la hora de comer. Otro aspecto que los condiciona, es la selección, preparación y consumo de los alimentos.

Los hábitos alimenticios se transmiten de padres a hijos. Es un acto de mimesis, todo lo que hagan los padres, el niñ@ lo reproducirá. 

Aunque no se hayan dado cuenta, nuestros padres transmitieron las costumbres alimenticias que ahora tenemos, desde el momento de nuestro nacimiento. La frecuencia con que nos alimentaban y el contexto en el que lo hicieron, forman los primeros aprendizajes de alimentación, que nos marcaron para el resto de nuestras vidas. Si de pequeños, nuestros padres nos ponían rigurosas reglas a la hora de comer, como sentarnos a la mesa, pero ellos lo hacían frente al televisor, de nada sirvió, porque aprendemos del ejemplo, qué y cómo comer.




El lugar y el clima donde vivamos son factores determinantes; no es lo mismo vivir en costas de México, con un clima cálido, donde seguramente encontraremos gran variedad de pescados y mariscos, vegetales y beberemos abundante agua; que vivir en Rusia, donde los alimentos tienen alto contenido calórico, ya que en regiones frías se necesita más energía, y por ello las sopas son muy populares en esas regiones.







Otro aspecto de gran relevancia es la manera de consumir los alimentos, es decir, en que horarios los tomamos, ¿siempre hacemos las tres comidas (desayuno, comida y cena) a la misma hora?; ¿comemos solos o acompañados?, el hecho de comer solo o acompañado es un potente agente que determina lo que una persona come, independientemente del hambre que tenga: cuestión de apetito.





Es inminente que todos necesitamos alimentos, porque son los únicos que nos proporcionan energía y diversos nutrimentos necesarios para crecer sanos y fuertes, y obviamente para poder realizar las actividades diarias. No existe absolutamente nadie que pueda sobrevivir sin alimento (la falta de nutrimentos, ocasiona problemas graves en la salud).
Sin embargo, no se trata de comer por comer, de llenarse (ni que fuéramos tanque), sino de recibir a través de los alimentos, los nutrimentos necesarios para poder realizar todas nuestras funciones cotidianas.

La buena noticia es que los hábitos se pueden corregir, así es que no te preocupes si tu eres una de esas personas que nunca ha llevado un control de lo que come, dónde come y cuando lo hace, nunca es tarde para empezar. 

Por eso no te pierdas la próxima entrada donde encontrarás algunos consejos que podrán serte de ayuda.


Hábitos alimenticios